Ambientes de aprendizaje: espacios que motivan, forman y conectan

Los entornos de aprendizaje deben fomentar la participación activa del estudiante, ya que esto impulsa su motivación, favorece su desarrollo integral y fortalece el sentido de pertenencia al entorno educativo y de su comunidad.

Por Nohemí Vilchis

La formación integral, el desarrollo cognitivo, emocional, social y físico, así como la curiosidad y la creatividad del estudiantado son componentes clave del crecimiento humano que son impulsados a través de los ambientes de aprendizaje. Estos espacios físicos, ambientales y sociales son esenciales para el proceso educativo de niñas, niños y jóvenes, donde tienen la oportunidad de interactuar para formar desde habilidades motrices hasta la autonomía. Los mismos también crean un sentido de pertenencia a la comunidad e instituciones educativas.

Un ambiente de aprendizaje efectivo representa un desafío crucial para la comunidad educativa, ya que debe fomentar el desarrollo integral de las infancias a través de espacios seguros, estimulantes y adaptados a sus necesidades, destaca Pedro Luis González Rivera, especialista en Ciencias Pedagógicas. Estos ambientes incluyen tanto el entorno físico, con áreas de juego, arte y lectura, como los aspectos sociales, emocionales, cognitivos y culturales.

Cada uno de estos componentes promueven habilidades específicas: el ambiente social fortalece la interacción, la empatía y la comunicación; el emocional favorece la seguridad afectiva y la expresión emocional; el cognitivo promueve el pensamiento crítico y la creatividad; y el cultural propicia el respeto por la diversidad. En conjunto, estos espacios, guiados por adultos comprometidos, ofrecen oportunidades valiosas de juego, exploración y aprendizaje.

En estos ecosistemas convergen personas con propósitos educativos similares y es por medio de un guía, el docente, que se mantiene una comunicación de diálogo, recíproca y respetuosa. Además, un salón de clases está integrado por dos elementos: el espacio físico relacionado con la arquitectura y el ambiente sensorial y emocional. Entonces, un ambiente de aprendizaje no se reduce a las condiciones materiales o sólo a las relaciones interpersonales entre el personal docente y demás estudiantes, sino que abarca procesos y relaciones del entorno educativo.

Por tanto, resulta pertinente que cuando el aprendizaje se lleva a cabo en un espacio físico determinado se faciliten las condiciones requeridas para incentivar interacciones adecuadas y cómodas, con materiales retadores que sean atractivos y que habiliten el trabajo colaborativo.

Hace algunos años, Rosan Bosch, reconocida arquitecta y diseñadora holandesa, describió para el Observatorio IFE que los estudiantes necesitan motivarse a sí mismos, y para ello deben activarse; esto, también mediante el cambio de su entorno físico. De esta manera, el estudiantado puede encontrar sitios que les parezcan cómodos y así concentrarse y motivarse a aprender y cooperar. Asimismo, señala que cuando un edificio, como en el caso de una universidad, está bien diseñado, genera en las personas una sensación de respeto hacia ellos como individuos y las actividades de desarrollan dentro de éste.

Bosch es aclamada internacionalmente por los entornos de aprendizaje diferenciados, en específico el diseño interior en las escuelas Vittra, en Suecia. En vez de seguir un modelo de clases tradicionales, ha implementado un ambiente abierto en estas instituciones, utilizando mobiliario personalizado que define las distintas áreas para diversos tipos de actividades. Estos diseños tienen el objetivo de incentivar la curiosidad y la creatividad infantil. Junto con su equipo, sus diseños siguen seis principios que vinculan el aprendizaje con el entorno físico, con la finalidad de desarrollar efectivamente las habilidades para el siglo XXI:

1. Cima de la montaña: una persona logra dirigirse a un grupo y comparte su visión y conocimientos al frente de una audiencia, con un rol docente.
2. Cueva: un lugar pequeño, donde predomina la tranquilidad, para una o dos personas para alentar concentración y la reflexión individual.
3. Corro: aquí se capacita a las y los estudiantes a trabajar efectivamente en grupos reducidos, prestando atención al diálogo y potenciando su capacidad de colaboración.
4. Manantial: ayuda a maximizar los espacios informales y de circulación, la interrupción puede ocurrir y dirigir a ideas inesperadas, sorpresas o información inspiradora.
5. Manos a la obra: agrega una dimensión no verbal al aprendizaje, conecta a la teoría y la práctica como el cuerpo y la mente, la percepción y el juego.
6. ¡Arriba!: incorpora el movimiento como crucial en cualquier rincón para energizar el proceso de aprender, sin importar el tema.

Este flexible modelo, en donde los estudiantes pueden experimentar estos diferentes espacios según la situación, coadyuva a cultivar su creatividad, pensamiento crítico, colaboración y autoaprendizaje. Traslapar estos principios al diseño activa los sentidos por medio de colores, materiales tácticos e iluminación estratégica, los cuales captan la atención y otorgan espacios amplios para dinámicas extendidas.

Los ambientes de aprendizaje son entornos diseñados para que las personas adquieran conocimientos y desarrollen habilidades de manera optimizada. Estos entornos deben ser flexibles y adaptarse a las necesidades, objetivos y preferencias para que el estudiante sea activo en su aprendizaje, siguiendo los principios del constructivismo, mientras que el docente tiene la responsabilidad de ajustar el entorno según las interacciones y necesidades del grupo.

Características de los ambientes de aprendizaje

Un entorno de aprendizaje corresponde a escenarios físicos, contextos y factores culturales. Por consiguiente, está integrado por cuatro dimensiones:

• Física: elementos materiales/tangibles que construyen y organizan el ambiente, como el aula y el mobiliario.
• Funcional: se relaciona con la manera en que se utilizan los espacios, son aquellas actividades que se desarrollan en un lugar determinado. Las pautas que orientan las tareas y los medios utilizados para su ejecución.
• Temporal: es la organización del tiempo y los instantes en que los aprendices usan el espacio, otorgan un ritmo para clases y dinámicas, como elegir entre clases asíncronas y síncronas.
• Relacional: se define por las conexiones que se establecen en las dimensiones anteriores con la participación activa de todos los actores. El estilo de relación interpersonal entre el profesorado y estudiantado, o entre los mismos compañeros, si el tutor liderará u optará por un enfoque cooperativo.

Estos ecosistemas también se categorizan por clases:

• Ambientes físicos: entornos tangibles en donde suceden los procesos de aprendizaje, como las aulas, pero también el hogar.
• Ambientes virtuales: entornos digitales que no ameritan de la presencia física de ninguno de los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje, se imparte por medio de dispositivos electrónicos como celulares, computadores o tabletas.
• Ambientes formales: generados a partir de sistemas educativos regulados gubernamentalmente.
• Ambientes informales: el estudiante no es acompañado por un docente/tutor ni le marca la pauta un plan de estudios determinado. Establecimientos como el hogar, los museos o bibliotecas sirven de ejemplo.

Los ambientes de aprendizaje se caracterizan por ser espacios planificados por los docentes, quienes suministran estrategias que favorecen la asimilación del contenido, mientras que los estudiantes ocupan un rol central y activo a lo largo del proceso. Otra de sus particularidades es que están compuestos por cuatro elementos:

1. Información: comprende todos los contenidos a transmitir.
2. Interacción: abarca los métodos y herramientas utilizadas por alumnos y docentes para comunicarse y relacionarse con respeto y confianza.
3. Producción: es un resultado o producto material con el que el estudiante evidencía lo aprendido y genera nuevas experiencias.
4. Exhibición: el estudiante comparte su producto y lo discute con sus compañeras y compañeros.

Es relevante reconocer que no todos los ambientes serán semejantes, sino variables, adaptándose rápidamente a las condiciones requeridas, sin olvidar los factores sociales o culturales.

Ecosistemas físicos de aprendizaje 

El espacio físico escolar tiene la capacidad de incidir en el rendimiento académico del estudiantado y en la percepción de un clima educativo favorable. Incluso, las instalaciones de la institución pueden vincularse con el desempeño escolar en materias como inglés y matemáticas. Por ende, la arquitectura, pedagogía y tecnología se articulan para producir un entorno educativo estimulante.

EmotionLAB, empresa de diseño y transformación de espacios educativos, comparte algunas estrategias para el diseño de escuelas que promuevan el pensamiento crítico y la participación activa de los estudiantes. Principalmente, se requiere una planificación minuciosa y un entendimiento profundo de las necesidades y propósitos del estudiantado. Establecer los objetivos educativos que el centro aspira lograr es primordial, a fin de definir la experiencia que se desea otorgar y así alinearla con las estrategias a seguir.

Un diseño escolar eficaz requiere no sólo espacios adecuados, sino también pedagogías innovadoras centradas en el estudiante. En la era digital, incorporar herramientas tecnológicas como dispositivos interactivos, pizarras electrónicas y software educativo permiten que el estudiantado experimente dinámicas novedosas e interactivas.

La participación de toda la comunidad académica es fundamental en el rediseño escolar, ya que permite integrar las perspectivas de estudiantes, docentes, familias y otros actores. Por consiguiente, involucrar a toda la comunidad institucional en el codiseño promueve espacios más inclusivos.

Del mismo modo, la arquitectura escolar cumple un rol esencial en la creación de entornos educativos que sean funcionales e inspiradores. Un buen diseño espacial debe equilibrar estética y funcionalidad, facilitando la interacción, la creatividad y la colaboración en espacios como aulas, zonas comunes y áreas de recreo. También debe priorizar la accesibilidad y seguridad mediante elementos como rampas, baños adaptados o pasillos amplios, y procurar la integración con el entorno local y sus paisajes naturales para reforzar el sentido de pertenencia. La elección de los materiales y sumar fuentes de energía renovables promueve el cuidado del medio ambiente como un referente para los estudiantes.

Además, la arquitectura educativa es una disciplina que va más allá de construir edificios: se basa en una planificación que considera factores pedagógicos, psicológicos y sociales para impulsar un aprendizaje significativo. Aspectos como la iluminación, ventilación y acústica también son clave, ya que contribuyen al bienestar, la concentración y el desarrollo integral de quienes forman parte de la comunidad educativa.

La empresa Kassani Diseño, con sede en Bogotá y especializada en la fabricación de mobiliario, sostiene que el diseño no debe limitarse a lo estético, sino que debe cumplir una función pedagógica en los ambientes de aprendizaje. Por ello, propone 10 aspectos clave para diseñar espacios educativos que respondan a las necesidades y habilidades cognitivas, emocionales y sociales de los estudiantes, con el objetivo de desarrollar al máximo su potencial:

10 aspectos clave para el diseño de ecosistemas de aprendizaje

1. El modelo pedagógico define las bases del diseño: antes que nada, el diseño del espacio debe alinearse con el modelo pedagógico para asegurar la existencia de la coherencia educativa y convertir el aula en un recurso activo para el aprendizaje. Por ejemplo, las instituciones con enfoque constructivista requieren espacios flexibles y colaborativos que favorezcan el aprendizaje activo, mientras que las tradicionales optan por una distribución lineal y estructurada.
2. Cada disciplina demanda un espacio: diseñar los espacios según el área de conocimiento permite crear entornos adaptados que habilitan prácticas específicas y un aprendizaje más inmersivo. Los laboratorios de ciencias requieren áreas técnicas equipadas con infraestructura para experimentos, las aulas para lenguas zonas de conversación y las de arte espacios abiertos con materiales resistentes.
3. Los usuarios son el centro del diseño: factores como la edad, el género, preferencias individuales o grupales y el contexto socioeconómico influyen en las necesidades espaciales, por lo que diseñar pensando en todos los usuarios permite crear entornos incluyentes y funcionales.
4. El diseño debe responder a la densidad poblacional: el tamaño del grupo influye en el diseño del aula, y una buena distribución junto con el mobiliario adecuado mejora el aprendizaje al optimizar el espacio, evita distracciones y promueve la comodidad.
5. El sonido y la iluminación están bajo control: una buena acústica previene distracciones por ruidos, y una iluminación adecuada, tanto natural como artificial, mejora la atención, el bienestar y el rendimiento cognitivo, al mismo tiempo que reduce la fatiga visual.
6. La calidad del aire impacta el aprendizaje: una ventilación adecuada mejora la concentración, reduce el ausentismo por problemas de salud y contribuye a la reducción del estrés y potencializa el aprendizaje; haciendo de los sistemas de ventilación y purificación una prioridad en el diseño.
7. Un ambiente térmico adecuado es vital: las temperaturas extremas afectan la concentración y el rendimiento académico, por lo que un buen sistema de climatización garantiza un ambiente cómodo que permite a estudiantes y docentes enfocarse en sus respectivos labores.
8. Los espacios deben adaptarse y ser flexibles: los espacios flexibles con mobiliario modular y áreas transformables, permiten adaptarse a diferentes dinámicas pedagógicas, promoviendo la creatividad y la colaboración en el aprendizaje.
9. Incluir tecnología eleva la experiencia: a pesar de que debe implementarse con propósito, los medios audiovisuales como pantallas interactivas y dispositivos móviles son esenciales en la educación moderna, facilitando el acceso a contenidos digitales y desarrollando competencias tecnológicas. Esto prepara a los estudiantes para los desafíos actuales y futuros.
10. El color importa: los colores afectan las emociones y el comportamiento; tonos cálidos como el amarillo y el naranja fomentan la creatividad, mientras que los colores fríos como el azul incentivan la concentración. Una paleta cromática bien elegida mejora las dinámicas educativas y motiva a los estudiantes.

En 2021, el Estudio b76 renovó las instalaciones del colegio La Salle Maravillas de Madrid para fomentar habilidades clave tanto académicas como laborales, mientras que en 2016, el Colegio Alemán de Montecarmelo, diseñado por Grüntuch Ernst Architects, destacó por su enfoque en la colaboración y comunicación, con espacios abiertos que facilitan la interacción y el aprendizaje entre los estudiantes, premiado en el World Architecture Festival (WAF).

Asimismo, un estudio realizado por Anna Kristiina Kokko y Laura Hirsto de la Universidad de Finlandia Oriental, reveló que las buenas prácticas para los ambientes de aprendizaje se construyen en espacios físicos a través de negociaciones activas y procesos de interacción entre docentes y estudiantes, y a la vez, entre sus mismos pares. De esta forma, se transforman entornos de aprendizaje dentro y fuera de las aulas escolares. Esta investigación demuestra las conclusiones de algunos estudios previos que han subrayado la importancia de las relaciones sociales al experimentar cambios.

Una crítica dirigida al sistema educativo actual en las escuelas públicas es que es parecido al modelo de fábrica, donde los alumnos son agrupados según su edad, se sientan en filas organizadas y avanzan a través de grados sucesivos. Este acercamiento dista del camino en que la educación va progresando. Los estudiantes deben involucrarse, por lo que existen elementos que facilitan a que esto suceda como:

• Distribución del aula: la disposición de los asientos influye en el proceso de aprendizaje, por lo que los estudiantes con dificultades de atención deben sentarse más cerca del profesor. Alumnos con problemas de externalización pueden sentirse incluidos sentándose junto a compañeros conocidos y prosociales. Los asientos en grupos son más efectivos para el aprendizaje colaborativo. Los asientos en forma de herradura hacen que las clases sean más atractivas y fomentan la participación en los debates. Las adaptaciones de asientos para estudiantes con discapacidades auditivas pueden incluir: ubicaciones de lugares asignados centrales más cerca del frente de la clase, sillas giratorias, asientos escalonados y alejados de ruidos estructurales.
• Asientos dinámicos: estos permiten a los usuarios moverse y generar mayor atención. Poner a disposición escritorios y sillas de distintos tamaños logra mejorar para los estudiantes con trastorno del espectro autista (TEA), con síndrome de Down (SD) o con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) su enfoque y participación.
• Espacios de Aprendizaje Flexibles: el mobiliario puede reorganizarse para cubrir las necesidades del estudiantado como sofás, sillas ajustables, asientos suaves, escritorios y mesas móviles/ajustables, estanterías flexibles, entre otros, elevando la autonomía y autorregulación de los aprendices.
• Espacios de autorregulación: como un proceso que monitorea los propios pensamientos, sentimientos y comportamientos, es muy útil que exista un espacio (rincón en el aula, estantería o habitación separada) para que cualquier alumno pueda aislarse y balancear la estimulación sensorial; permitiendo que se reorganice.
• Iluminación: la luz influye en nuestras percepciones, crea atmósferas y transforma los espacios más que cualquier mueble o accesorio. La luz natural puede ser beneficiosa para los estudiantes, sin embargo las aulas suelen estar sobreiluminadas con luces fluorescentes, lo que causa dolores de cabeza, fatiga visuale incomodidad, lo cual llega a afectar negativamente su rendimiento académico. Una iluminación con una temperatura de color más alta puede mejorar el rendimiento de los estudiantes y amortiguar el cansancio por las mañanas.
• Color de las paredes: el color tiene un impacto en el estado de ánimo de las personas e incluso puede llegar influir en el estrés, la depresión y la concentración. Se debe crear un contraste entre colores para las superficies críticas en el aula, aunque no debe ser demasiado extremo. Las tonalidades frías pueden mejorar la memoria y atención; mientras que los tonos más fríos pueden mejorar la memoria y la atención de las y los estudiantes.
• Plantas: las plantas de interior mejoran la calidad del ambiente y aportan beneficios físicos y psicológicos a los estudiantes. Las plantas de interior pueden mejorar la calidad del aire al reducir la contaminación atmosférica, lo que, como resultado, mejora la calidad ambiental interior. Asimismo, El uso del color verde puede conducir a una mayor creatividad en los estudiantes.
• Acústica y música: es fundamental que los docentes comprendan cómo el ruido y la música en el aula pueden influir en el aprendizaje, ya que ambos pueden afectar positiva o negativamente a los estudiantes. Los niveles de ruido tienen un impacto en el rendimiento académico, el procesamiento cognitivo, la lectura y las tareas numéricas. Hay evidencia que apunta a que los niveles de sonido tienen un impacto crónico en el desarrollo cognitivo de las infancias y es importante notar que el ruido afecta en mayor medida a los más pequeños. Las aulas de planta abierta deben utilizar techos absorbentes de 3,5 m de alto o menos, divisiones entre las clases, limitar el número de bases de clase a tres o menos y proporcionar suficiente espacio en el suelo por estudiante.
• Calidad del aire y temperatura: la velocidad de procesamiento, la concentración y las habilidades matemáticas mejoran en las aulas con altas tasas de ventilación. El rendimiento de los estudiantes en las pruebas psicológicas y las tareas escolares aumenta de media un 20 % si la temperatura en el aula baja de 30 °C a 20 °C. Cabe mencionar que ee impacto de la temperatura del aula en el rendimiento cognitivo de los estudiantes es mucho mayor que en los adultos en entornos de oficina.

Consejos para la práctica docente

La comunicadora social y editora, Ana Gabriela Rivera Díaz, señala que la práctica docente sólo cobra sentido cuando los estudiantes logran los aprendizajes del currículo, lo cual requiere que el profesor tenga claridad en su labor. Para ello, debe conocer a fondo lo que enseña, considerar cómo aprenden sus estudiantes, brindar apoyo y retroalimentación, fomentar interacciones respetuosas con altas expectativas, gestionar adecuadamente el tiempo y los recursos, diseñar secuencias didácticas adecuadas, reflexionar sobre su práctica, profesionalizarse, colaborar con otros y mantener una comunicación efectiva con la comunidad educativa.

Por su parte, Higor Rodríguez Vite, profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, indica que los ambientes de aprendizaje en la educación superior deben ofrecer condiciones que permitan a los estudiantes explorar, comprender y relacionar contenidos con su vida cotidiana desde una perspectiva propia. Más allá de la infraestructura y los recursos, su efectividad depende principalmente de la iniciativa, creatividad e interacción del facilitador, quien guía el desarrollo de habilidades y competencias clave para la vida. Ante esto, es importante que los guías o tutores conozcan al alumnado y distingan sus capacidades e intereses para fijar dinámicas de grupo o individuales que sean funcionales.

El Instituto Superior Tecnológico Paulo Emilio Macías del Cantón Portoviejo, ofrece una guía práctica de diseño y elaboración de recursos y ambientes de aprendizaje con talleres que instruyen el proceso de selección de materiales y ambientes educativos.

Retomando las recomendaciones del texto, al planificar un ambiente de aprendizaje, es esencial considerar algunos conceptos esenciales. Lo inicial es que el docente tenga un profundo conocimiento de sus estudiantes, ya que cada uno tiene habilidades, expectativas e intereses únicos, lo que permite adaptar las clases de manera más efectiva. Además, la organización del espacio es crucial, puesto que un aula amplia, bien iluminada y ventilada contribuye a un ambiente acogedor que favorece el aprendizaje.

También es importante planificar los materiales educativos necesarios para cada actividad y adaptar los contenidos a diferentes estrategias, utilizando recursos atractivos y variados que fomenten la participación activa del cuerpo estudiantil. Finalmente, la diversificación de los contenidos y la conexión con la vida cotidiana y la realidad social del alumnado son fundamentales para hacer que el aprendizaje sea relevante y aplicable.

Igualmente, Rodríguez Vite destaca una serie de estrategias educativas para consolidar situaciones de aprendizaje que estimulen el desarrollo de distintas competencias en entornos de aprendizaje:

• El aprendizaje colaborativo
• Las simulaciones
• Elaboraciones de mapas conceptuales y mapas mentales
• Prácticas en laboratorios o talleres
• Conferencias
• Demostraciones
• Aprendizaje basado en problemas
• En el caso del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación: el uso de internet, correo electrónico, foros de discusión
• Actividades lúdicas

La creación de ambientes de aprendizaje efectivos depende de múltiples factores interconectados, como la infraestructura, la disposición del espacio, el conocimiento del alumnado y la adaptación de los contenidos. Es esencial que el profesorado desempeñe un papel activo como mediador, comprendiendo las habilidades, intereses y necesidades de los estudiantes, y ajustando su enfoque para hacer que el aprendizaje sea relevante y significativo.

Un ambiente de aprendizaje bien estructurado debe ser más que solo un espacio físico, debe incluir también una aproximación emocional y pedagógica que favorezca el desarrollo integral de los estudiantes, preparándolos para superar retos académicos y construir un futuro exitoso.

Consultado en: https://observatorio.tec.mx/ambientes-de-aprendizaje-espacios-que-motivan-forman-y-conectan/ Fecha de consulta: 13/06/2025