Oscar Armando Pérez Sayago
Secretario General
El 6 de junio de 2025, la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) celebra con júbilo sus ochenta años de vida institucional. Ocho décadas de historia en las que ha acompañado con firmeza, sensibilidad y visión profética los procesos educativos del continente americano. Esta conmemoración no solo representa una efeméride; es el testimonio vivo de un camino recorrido al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia en el ámbito educativo.
Desde su fundación en 1945, en un contexto marcado por la posguerra y la reorganización política y social del continente, la CIEC se propuso ser un faro para la educación católica, promoviendo la unidad, la defensa de la libertad de enseñanza y el fortalecimiento de los valores cristianos en las escuelas. Aquella histórica convocatoria al Primer Congreso Interamericano de Educación Católica en Bogotá, impulsada por las autoridades eclesiásticas colombianas y con el respaldo del Vaticano, dio origen a una organización que ha sabido responder a los signos de los tiempos.
Durante estas ocho décadas, la CIEC ha sido testigo y protagonista de momentos clave: la influencia del Concilio Vaticano II, las discusiones teológicas y pedagógicas de la segunda mitad del siglo XX, el auge de la Teología de la Liberación, el nacimiento de alianzas como CELAM-CLAR-CIEC, y el compromiso constante con una educación que forma personas íntegras, solidarias y comprometidas con la paz y la justicia.
En su historia se identifican cuatro grandes etapas de desarrollo. La primera, entre 1945 y 1966, se caracterizó por un entusiasmo fundacional con la celebración de ocho congresos que cimentaron la identidad interamericana de la organización. La segunda, de 1967 a 1979, estuvo profundamente influenciada por el Concilio Vaticano II y los desafíos sociales de América Latina, con un impulso editorial significativo. La tercera etapa, entre 1980 y 1991, se centró en la paz como horizonte educativo, y la cuarta, desde los años noventa hasta la actualidad, ha sido una época de renovación, desafíos globales y un dinamismo marcado por la celebración de ocho nuevos congresos.
En el presente, la CIEC continúa afianzando su compromiso con la innovación educativa, el diálogo entre fe y cultura, y la integración de la inteligencia artificial y la tecnología con sentido ético. A lo largo de estos años, ha promovido espacios de formación, encuentros de reflexión y acciones conjuntas entre las confederaciones nacionales, consolidando una red continental que enriquece la identidad y misión de la escuela católica.
Celebrar 80 años es reconocer a las personas e instituciones que han sostenido esta obra: religiosas, laicos, obispos, docentes, directivos y estudiantes que han creído en la fuerza transformadora del Evangelio a través de la educación. Es también renovar el compromiso con el futuro: seguir construyendo una escuela católica que inspire desde su tradición y transforme desde la innovación.
Hoy, más que nunca, la CIEC se proyecta como un organismo vivo, capaz de soñar con una educación más humana, inclusiva y esperanzadora. La historia que se inició en 1945 sigue escribiéndose con tinta de fe, pasión educativa y espíritu de comunión continental.
¡Feliz 80 aniversario, CIEC! Que tu historia siga iluminando el camino de la Escuela Católica en América.
