Oscar A. Pérez Sayago
Secretario General
Confederación Interamericana de Educación Católica
Francisco considera un triple perfil identificador de la educación:
- 1) Acto de amor La educación es un acto de amor, porque genera vida en su pluridimensionalidad. Ella saca a las personas de su mismidad, las ayuda a familiarizarse con su interioridad, a ejercitar su potencial, a abrirse a la trascendencia, a incluir a los descartados en el círculo de la vida. La educación es una realidad dinámica, un movimiento que saca a la luz a las personas. Estoy convencido, dice el Papa en Laudato si’, que todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo (n.15).
- 2) Acto de esperanza La educación es también un acto de esperanza que ayuda a romper el círculo vicioso del escepticismo, de la incredulidad, de la cristalización de concepciones y actitudes contrarias a la dignidad del ser humano. Es reiterativo el grito del Papa Francisco a varios públicos para que no pierdan la esperanza, porque una globalización sin esperanza y sin horizonte se expone a los condicionamientos de intereses económicos que muchas veces están lejos de una correcta concepción del bien común y fácilmente producen tensiones sociales, conflictos económicos, abusos de poder.
- 3) Factor humanizante Finalmente, la educación es un factor humanizante del mundo, ya que ayuda a romper el individualismo, a apreciar las diferencias, a descubrir la fraternidad, a responsabilizarse del medio ambiente. Ella es el antídoto natural de la cultura individualista que a veces degenera en un verdadero culto al yo y la primacía de la indiferencia.