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La IA en el aula es un reto pedagógico, no tecnológico

La IA en el aula es un reto pedagógico, no tecnológico

Conoce cinco puntos clave para integrar IA en el aula que te permitirán fusionar de forma efectiva la parte tecnológica y la parte la humana en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Por Aurora María Tovar Martínez

La inteligencia artificial (IA) no reemplaza el acto de pensar, sino que lo expande, amplifica y enriquece. Su valor reside en imaginar nuevas formas de aprender, aceptar lo desconocido y unir lo humano con lo tecnológico, para juntos descubrir lo que antes parecía imposible. Estas ideas surgen en el contexto de mi participación virtual en el Congreso CIIPEC 2024 de la Fundación CEMAR. Esta experiencia me llevó a integrar la IA en mi práctica docente con una perspectiva crítica y humanista que ha transformado mi forma de enseñar.

En este artículo les comparto cinco puntos clave que debemos considerar para integrar IA en el aula, de manera que nos permita fusionar de forma efectiva la parte tecnológica y la humana en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Cinco puntos clave para integrar IA en el aula

1.     La IA es una herramienta, no un sustituto

Algo que la IA no podrá reemplazar es el contacto humano. Como docentes, nuestro rol no debe limitarse a pedir un ensayo o una composición que con mayor o menor calidad puede hacer un chatbotDebemos acompañar al estudiante en su proceso de aprendizaje, monitorear cómo interactúan con la IA y enseñarles a preguntar mejor. Por ejemplo, en una actividad de análisis literario, propuse que las y los estudiantes utilizaran IA para generar preguntas sobre un fragmento de la novela “La flor púrpura” de Chimamanda Ngozi Adichie. Posteriormente, discutimos en clase por qué la IA proporcionó esas preguntas y cómo podrían mejorarse. Este enfoque les ayudó a desarrollar su pensamiento crítico y a reflexionar sobre las limitaciones de la tecnología.

Nuestros estudiantes no son inmorales al utilizar la tecnología disponible, simplemente son contemporáneos. Cuando aceptamos que la comunidad estudiantil está usando las diferentes herramientas de inteligencia artificial para realizar sus tareas, una perspectiva optimista, es encaminar su curiosidad en un circuito circular que les permita partir de sus propias ideas y una vez consultada la herramienta, volver a usar su criterio para tomar decisiones, es decir, primero el estudiante y al final el estudiante. Con el fin de que siempre haya una intervención humana en el proceso de aprendizaje.

Además, es muy relevante establecer límites claros sobre el uso de la IA en las clases. Por ejemplo, en mis grupos les permití que utilizaran IA para generar ideas iniciales, pero no para escribir actividades completas. Esto ayudó a fomentar la creatividad y la responsabilidad. También, supervisé su aprendizaje rastreando avances individuales, identificando lagunas de conocimiento y sugiriendo estrategias personalizadas para mejorar.

2.     El aprendizaje ocurre en el plano intelectual, pero principalmente en el emocional

Con apoyo de una IA, diseñé clases emocionalmente saludables para mis estudiantes. Para ello, utilicé la herramienta Asistente de Plan de Educación Individualizada de Khanamigo de Khan Academy, para adaptar contenidos a los ritmos de aprendizaje de mis diversos grupos y fomentar con ello su autoconfianza. Por ejemplo, en una actividad sobre narrativa, las y los estudiantes crearon cuentos cortos y personalizaron sus historias con elementos que reflejaban sus emociones y vivencias personales. La herramienta Khanamigo me permitió ofrecer diferentes niveles de apoyo en la creación de estos cuentos, dando sugerencias de estructura y generando algunas ideas según el nivel de cada estudiante. Este enfoque inspiró su curiosidad y fortaleció los lazos entre compañeros al compartir en clase sus relatos.

Los mejores maestros y maestras se recuerdan por cómo nos hicieron sentir. Mi objetivo es inspirar a cada educando el amor y la curiosidad por aprender, personalizando sus procesos de aprendizaje, y en el camino, hacer un buen uso de las herramientas tecnológicas. Por ejemplo, en mi clase sobre humor en el arte y la literatura, invité a mi grupo a trabajar colaborativamente con la IA para crear parodias que abordaran problemáticas sociales vinculadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Al final, compartieron sus creaciones, descubrieron su potencial y fortalecieron sus vínculos con los demás. Estas interacciones entre pares y conectar los contenidos de la clase con el mundo real, les permitió evaluar si el humor sugerido por la IA era realmente gracioso para su contexto o si esta característica aún está en desarrollo o no era lo más apropiado.

3.     Prioriza los momentos pedagógicos con la intervención docente

La intervención humana en el aula sigue siendo insustituible. Este semestre incorporé actividades como «conversando con el personaje literario», donde cada uno creó preguntas sobre personajes literarios y utilizaron la IA para simular respuestas. Este ejercicio generó debates profundos y estimuló su curiosidad. Asimismo, en la clase de Teoría del conocimiento trabajamos con noticias generadas con IA, específicamente sesgadas sobre desastres naturales, ayudando a cada participante a identificar errores y reflexionar sobre cómo la IA puede replicar los sesgos humanos si no se usa con criterio.

Para reducir la sobrecarga cognitiva, me aseguré de centrarme en lo esencial, diseñando actividades que permitieran a los estudiantes producir resultados concretos con la información que ya dominaban. Por ejemplo, después de trabajar con la IA, descubriendo detalles de cada recurso para el análisis de un texto, los estudiantes resumieron sus aprendizajes en mapas conceptuales hechos a mano. Este tipo de actividad les ayudó a consolidar sus ideas y a utilizarlas en debates de la clase.

4.     Evalúa el proceso, no solo el resultado

La evaluación debe concentrarse también en el pensamiento crítico y en la reflexión metacognitiva. Una actividad donde utilizamos Personify para corregir borradores de ensayos permitió a los estudiantes comparar sus ideas con las sugerencias de mejora generadas con la herramienta, evaluando la calidad y profundidad de sus razonamientos. Esto promovió una mayor comprensión de sus propios procesos de aprendizaje. Algunos estudiantes se mostraron sorprendidos por la precisión de la IA al señalar sus áreas de mejora y fortalezas, lo que les hizo sentir que la retroalimentación era personalizada y relevante para su aprendizaje. Otros expresaron motivación al ver recomendaciones claras y específicas y no tener que esperar casi nada de tiempo para tener una guía concreta. Además, varios destacaron que recibir ambas recomendaciones, de la maestra y la IA, les permitió comparar diferentes perspectivas y complementar su aprendizaje con un enfoque equilibrado.

Además, las y los estudiantes aprendieron a reflexionar sobre cómo utilizan la IA y lo que han aprendido a partir de ella. Por ejemplo, en una autoevaluación final, cada estudiante explicó cómo las herramientas de IA habían influido en sus decisiones creativas y en su comprensión del tema. Este tipo de evaluación les permitió mejorar sus habilidades y desarrollar una visión crítica sobre el uso de la tecnología.

5.     Considera el impacto ambiental y ético de la IA

En una actividad interdisciplinaria, mis grupos investigaron cómo el uso de IA afecta el medio ambiente y propusieron soluciones creativas, como campañas para reducir el consumo energético en sus hogares. Estas actividades fomentan el pensamiento crítico y el compromiso con una ciudadanía digital responsable.

El uso responsable de la IA requiere programas de ciudadanía digital que formen personas críticas y conscientes de los impactos ambientales y éticos de esta tecnología. Mi siguiente prioridad es trabajar en colaboración con las y los colegas de diferentes departamentos académicos para promover una alfabetización digital para toda la comunidad educativa, explorando temas como el entrenamiento de modelos de IA y el consumo energético asociado a su uso donde también enseñemos a los estudiantes a citar contenido generado por IA y a distinguir lo creado por estas herramientas de lo humano.

Reflexión

Sin duda, la combinación de tecnología con la guía humana generó un ambiente de aprendizaje enriquecedor en el que las y los estudiantes se sintieron apoyados y desafiados. Percibo a mis estudiantes más motivados por el componente innovador y al mismo tiempo reforzando su autoconfianza. La posibilidad de adaptar el contenido de clase a sus propios ritmos y necesidades de aprendizaje les da una sensación de autonomía. La retroalimentación inteligente también les ayuda a identificar oportunidades de mejora de forma inmediata y esto es una ventaja con la que no contaron las generaciones anteriores. Hoy en día, la comunidad estudiantil tiene un acceso más dinámico y flexible al conocimiento, lo que potencialmente puede ayudar a reducir la frustración y tener un proceso educativo más inclusivo. Los desafíos pedagógicos se encuentran en aprovechar con equilibrio las herramientas de IA para seguir fomentando la participación activa de cada educando.

La IA ofrece un ritmo sin precedentes para el aprendizaje, pero el verdadero desafío es pedagógico. Necesitamos replantear nuestras prácticas, fomentar más que nunca el pensamiento crítico y acompañar a las y los estudiantes en la exploración de lo desconocido. Les invito a desafiar nuestras propias creencias y abrazar el cambio, construyendo juntos una educación más humana y significativa. También, a compartir sus experiencias de enseñanza y aprendizaje en el aula, a través del Observatorio del Instituto del Futuro de la Educación del Tec de Monterrey.

Acerca de la autora

Aurora María Tovar Martínez (auroratovar@tec.mx) es Licenciada en Letras Españolas y tiene una maestría en Educación con acentuación en Desarrollo cognitivo. Tiene más de quince años de experiencia impartiendo clases en PrepaTec en los departamentos de Español y literatura, y Ciencias sociales y humanidades.

Edición


Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Editora de los artículos Edu bits y productora de los Webinars del Observatorio- «Aprendizajes que inspiran» – Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tec de Monterrey.

Consultado en: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/la-ia-en-el-aula-es-un-reto-pedagogico-no-tecnologico/ Fecha de consulta: 02/04/2025

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