Santo Padre,
Con inmenso gozo y profunda gratitud, la gran familia de la Escuela Católica de América le da la más cálida bienvenida.
Su elección como Sucesor de Pedro renueva nuestra esperanza y fortalece nuestro compromiso con la misión educativa de la Iglesia.
Recibimos su magisterio con humildad y con el corazón abierto, seguros de que su testimonio de fe, su mirada de pastor y su palabra profética inspirarán a nuestras comunidades educativas a seguir anunciando a Jesucristo con alegría, creatividad y fidelidad.
En un mundo herido y desafiante, la Escuela Católica desea ser signo de luz, diálogo y servicio.Hoy, más que nunca, necesitamos del aliento del Buen Pastor que usted representa, para continuar formando generaciones con espíritu crítico, corazón compasivo y una fe arraigada en el Evangelio.
Gracias, Santo Padre, por su presencia, por su guía y por confirmar nuestra vocación de educadores católicos al servicio de la vida, la dignidad humana y el bien común.
¡Bienvenido, Papa León XIV!
América lo abraza con fe, esperanza y amor.
Fraternalmente,
OSCAR A. PÉREZ SAYAGO
Secretario General CIEC